Teoría del Ejemplo

Esta teoría fue defendida por los socinianos del Siglo XVI, en oposición a la doctrina de los Reformadores, de que Cristo expió vicariamente el pecado de la humanidad. Su principio fundamental es, que no hay justicia retributiva en Dios que requiera en forma absoluta e inexorable que el pecado sea castigado. Su justicia no le impide perdonar a quien El quiere sin demandar satisfacción alguna. La muerte de Cristo no expió el pecado ni tampoco movió a Dios a perdonarlo. Cristo salva a los hombres revelándoles el camino de la fe y de la obediencia como camino de vida eterna dándoles un ejemplo de verdadera obediencia tanto en su vida como en su muerte, e inspirándolos a seguir una vida semejante. Este concepto, en realidad, no establece conexión directa entre la muerte de Cristo y la salvación de los pecadores. No obstante, sostiene que la muerte de Cristo puede expiar los pecados del hombre en atención al hecho de que Cristo como recompensa de su obediencia hasta la muerte, recibió poder para conceder vida eterna a los creyentes. Esta teoría es objetable por varias razones.

 

1. Realmente es el resurgimiento y la confección de varias herejías antiguas : Del pelagianismo, con su negación de la depravación humana y su afirmación de la capacidad natural del hombre para salvarse ; de la doctrina adopcionista con su creencia de que el hombre Cristo fue adoptado como el Hijo mesiánico de Dios a causa de su obediencia; de la doctrina escocesa de una voluntad arbitraria de Dios; y del énfasis de algunos de los Padres de la Iglesia primitiva sobre la eficacia salvadora del ejemplo de Cristo. En consecuencia está expuesta a todas las objeciones con que se combaten aquellas teorías.

 

2. Es por completo anti bíblica en su concepto de Cristo como un mero hombre de cualidades excepcionales; en su concepto del pecado cuyo carácter como culpa acentuado de modo tan fuerte por la Palabra de Dios queda del todo ignorado; en su énfasis unilateral sobre la importancia redentora de la vida de Cristo y en la presentación de su muerte como la de un mártir, en tanto que falla al dejar de tomar en cuenta la angustia de Cristo en la cruz, tan diferente de la de un mártir.

 

3. Falla en explicar la salvación de aquellos que vivieron antes de la encarnación, y de los infantes. Si la vida y sufrimientos de Cristo sirven solamente a los hombres, mediante el ejemplo y el carácter de Él, surge como es natural la pregunta, ¿cómo fue que los que vivieron antes de la venida de Cristo, y los que murieron en la infancia pueden derivar algún beneficio de aquella vida y de aquellos sufrimientos? No obstante, hay evidencia bíblica, clara, del hecho de que la obra de Cristo también fue retrospectiva en su eficacia, y de que los infantes también participan de los beneficios de su muerte expiatoria.

 

4. Además, aunque es perfectamente cierto que Cristo también se presenta en la Biblia como un ejemplo, en ninguna parte se le presenta como un ejemplo según el cual los pecadores incrédulos deban dirigirse, y que con ello puedan salvarse; y no obstante, es esta la deducción necesaria de la teoría que estamos considerando. El ejemplo de Cristo sólo pueden seguirlo los que son de su pueblo, y aun éstos apenas pueden aproximarse a Él un poquito. Es nuestro Redentor antes de ser nuestro ejemplo.