5.3.3  Su Carácter Real sobre el Universo

LA NATURALEZA DE ESTA REALEZA

 

Por el regnum potentiae damos a entender el dominio del Dios-hombre, Jesucristo, sobre el universo, su administración providencial y judicial de todas las cosas en interé s de la Iglesia. Como Rey del universo el Mediador guía de tal manera el destino de los individuos, de los grupos sociales y de las naciones como para promover el crecimiento, la purificación gradual y la perfección final del pueblo que ha redimido por medio de su sangre. En esa capacidad también protege a los suyos en contra de los peligros a los que están expuestos en el mundo y vindica su justicia sujetando y destruyendo a todos sus enemigos. En este carácter real de Cristo encontramos la restauración inicial de la realeza original del hombre.

 

La idea de que Cristo gobierna ahora los destinos de los individuos y de las naciones en interés de la iglesia comprada con su sangre, es un pensamiento mucho más confortante que la noción de que El es ahora "un refugiado en el trono del cielo".

 

LA RELACIÓN DEL REGNUM POTENTIAE CON EL REGNUM GRATIAE

 

La realeza de Cristo sobre el universo está subordinada a su realeza espiritual. Atañe a Cristo como el Rey ungido, para establecer el reino espiritual de Dios, para gobernarlo y para protegerlo en contra de todas las fuerzas hostiles. El debe hacer esto en un mundo que está bajo el poder del pecado e inclinado a torcer todos los esfuerzos espirituales. Si este mundo estuviera más allá de su control, fácilmente se frustrarían todos sus servicios. Por lo tanto, Dios lo invistió con autoridad sobre él de tal manera que puede dominar todos los poderes, fuerzas y movimientos en el mundo. Y puede asegurar de este modo una segura permanencia de su pueblo en el mundo y proteger a los suyos en contra de todos los poderes de las tinieblas. Estos no pueden derrotar sus propósitos, sino que aún están constreñidos a servirlos. Bajo el reino beneficente de Cristo hasta la ira del hombre tiene que alabar a Dios.

 

LA DURACIÓN DE SU REALEZA

 

Cristo fue investido formalmente con este carácter real sobre el universo cuando fue exaltado hasta la diestra de Dios. Le fue prometida recompensa de sus trabajos, Sal 2: 8, 9; Mat. 28: 18; Ef. 1: 20-22; Fil. 2: 9-11. Esta investidura fue parte de la exaltación de Dioshombre. Esto no le dio algún poder o autoridad que no poseyera ya como hijo de Dios; ni tampoco aumentó su territorio. Pero el Dios-hombre, el Mediador, quedó constituido ahora el poseedor de esta autoridad, y su naturaleza humana fue hecha para participar en la gloria de este dominio real. Además, el gobierno del mundo quedó sujeto ahora a los intereses de la Iglesia de Jesucristo. Y este carácter real de Cristo durará hasta que la victoria sobre sus enemigos sea completa y hasta que la misma muerte sea abolida, I Cor. 15: 24-28. En la consumación de todas estas cosas Dios-hombre entregará la autoridad que le fue conferida para este propósito especial, puesto que ya no lo necesitará más. Retornará su comisión a Dios, para que Dios sea todo en todos. El propósito está cumplido; la humanidad está redimida, y por tanto \ la realeza original del hombre está restaurada.