11-A    LA PRESERVACIÓN

Las obras de la providencia de Dios son su preservación y gobierno sapientisimos
de todas sus criaturas y todas sus acciones. Por ello, la providencia incluye
preservación y gobiemo. Por preservación se significa que todas las cosas fuera de
Dios deben la continuación de su existencia, con todas sus propiedades y poderes, a
la voluntad de Dios. Esta es claramente la doctrina de las Escrituras. Los pasajes
relacionados con este tema son muy numerosos. Son de diferentes clases. Primero,
algunos declaran en términos generales que Dios sustenta todas las cosas por la
palabra de su poder, como He 1:3; Col 1:17, donde se dice que «todas las cosas
tienen consistencia en él o prosiguen siendo. En Neh 9:6: «Tú solo eres Jehová; tú
hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo
que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas
cosas». Segundo, aquellas que se refieren a las operaciones regulares o poderes de
la naturaleza, de las que se dice que son preservadas en su eficacia por el poder de
Dios. Véanse Salmos 104 y 148, enteros, y muchos pasajes similares. Tercero, los
que se relacionan con animales irracionales. Y cuarto, las que se relacionan con
criaturas racionales, de las que se dicen que viven, se mueven y tienen su ser en
Dios. Estas pasajes enseñan con claridad (1) Que el universo como un todo no
sigue siendo por si mismo. Dejaría de existir si no estuviera sustentado por su
poder. (2) Que todas las criaturas, tanto si se trata de plantas como de animales, en
sus varias géneros, especies e individuos, prosiguen existiendo no por ningún
principio vital inherente, sino por la voluntad de Dios. (3) Que esta preservación se
extiende no sólo a la sustancia sino también a la forma; no sólo a la esencia, sino 
también a las cualidades, propiedades y poderes de todas las cosas creadas.