3.1 DECLARACIÓN DEL CONCEPTO QUE LA IGLESIA TIENE RESPECTO A LA PERSONA DE CRISTO

 

DEFINICIÓN DE LOS TÉRMINOS "NATURALEZA" Y "PERSONA"

Intentando llegar al adecuado entendimiento de la doctrina, es necesario conocer el significado exacto de los términos "naturaleza" y "persona", tal como se usan en esta conexión. El término "naturaleza" denota la suma total de todas las cualidades esenciales de una cosa, cualidades que la hacen ser lo que es. Una naturaleza es una sustancia poseída en común, con todas las cualidades esenciales de tal sustancia. El término "persona" denota una sustancia completa capacitada con la razón, y, consecuentemente, un sujeto responsable de sus propias acciones. La personalidad no es una parte esencial e integral de una naturaleza, pero es como si dijéramos, la meta hacia la cual se dirige. Una persona es una naturaleza con algo adicional, es decir la individualidad con subsistencia independiente. Pues bien, el Logos tomó una naturaleza humana que no estaba personalizada, que no existía por sí misma.

 

 

PROPOSICIONES EN LAS QUE SE DECLARA EL CONCEPTO DE LA IGLESIA

1. Hay en el Mediador una sola persona, el Logos inmutable. El Logos proporciona la base de la personalidad de Cristo. No obstante, no sería correcto decir que la persona del Mediador es divina y nada más. La encarnación lo constituyó en una persona compleja, formada de dos naturalezas, El es el Dios- hombre.

 

2. La naturaleza humana de Cristo como tal no constituye una persona humana. El Logos no adoptó una persona humana, porque si no, tuviéramos dos personas en el Mediador, pero sencillamente tomó una naturaleza humana. Brunner declara que este es el misterio de la persona de Jesucristo que en el punto en donde nosotros tenemos una persona pecaminosa, El tiene o más bien es, la persona divina del Logos.

 

3. Al mismo tiempo, no es correcto hablar de la naturaleza humana de Cristo como impersonal. Esto es cierto sólo en el sentido de que esta naturaleza no tiene subsistencia independiente por sí misma. No obstante, hablando estrictamente, la naturaleza humana de Cristo no fue impersonal, ni siquiera por un momento. El Logos tomó esa naturaleza haciéndola subsistencia personal consigo mismo. La naturaleza humana tiene subsistencia personal en la persona del Logos. Está en la persona más bien que sin la persona.

 

4. Por esa precisa razón no estamos autorizados para hablar de la naturaleza humana de Cristo como imperfecta o incompleta. Su naturaleza humana no carece de ninguna de las cualidades esenciales que pertenecen a esa naturaleza y tiene también individualidad, es decir, subsistencia personal en la persona del Hijo de Dios.

 

5. Esta subsistencia personal no debe confundirse con la conciencia y el libre albedrío. El hecho de que la naturaleza humana de Cristo, en y por sí misma no tenga subsistencia personal, no significa que no tenga conciencia y voluntad. La iglesia ha tomado la posición de que esto corresponde a la naturaleza más bien que a la persona.

 

6. La persona divina, que poseía naturaleza divina desde la eternidad, tomó una naturaleza humana, y ahora tiene las dos. Esto debe ser sostenido en contra de aquellos que, si bien admiten que la persona divina tomó una naturaleza humana, ponen en peligro la integridad de las dos naturalezas al concebirlas como que fueron fundidas o mezcladas para hacer un tertium quid, una clase de naturaleza divinahumana.